El transporte marítimo global continúa sufriendo las consecuencias de los recientes ataques en el Mar Rojo, según un informe reciente de AP Moller-Maersk. Las agresiones por parte de los militantes hutíes, respaldados por Irán, han generado serios problemas en una de las rutas más importantes para el comercio internacional, afectando el tráfico que pasa por el estratégico Canal de Suez.
Estos ataques han obligado a las navieras a desviar sus embarcaciones hacia el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África, provocando un aumento significativo en las tarifas de flete y una congestión cada vez mayor en los puertos de Asia y Europa. De acuerdo con Maersk, el número de buques que cruzan el Canal de Suez ha disminuido en un 66%, lo que refleja la gravedad de la situación. Sin embargo, la compañía no proporcionó detalles adicionales sobre estos datos.
Las repercusiones de estas interrupciones no solo afectan la ruta comercial entre Oriente y Occidente, sino que también impactan la red logística global de Maersk, generando un «efecto en cascada» que aumenta la presión sobre la infraestructura portuaria, provoca retrasos y limita la capacidad de transporte.
Si bien la demanda por el transporte de contenedores sigue siendo alta, el cronograma para resolver estos problemas y normalizar el flujo de las cadenas de suministro sigue siendo incierto. Maersk continúa monitoreando de cerca la situación, adaptando sus operaciones para mitigar los efectos de esta crisis.